El "Rodgers Gate": nadie está por encima de la franquicia
Tras la traumática salida de Brett Favre en Green Bay aprendieron la lección, la elección de Jordan Love es un mensaje a Aaron Rodgers, nadie está por encima de la franquicia.
El “Rodgers Gate” lleva coleando desde el primer día del draft ¿En qué pensaba el Front Office de los Green Bay Packers para no sólo elegir un QB en 1ª ronda sino para subir a por él? La respuesta es sencilla, tener un reemplazo futuro para Aaron Rodgers. Esto que debería ser algo totalmente lógico para la amplia base de aficionados de Green Bay ha constituido toda una bofetada, a juicio de ellos tienen al mejor QB de la liga y lo que necesitaban no es buscarle un reemplazo, sino rodearlo con mejores jugadores para intentar ganar ya antes de que Aaron Rodgers sea demasiado veterano.
Yo suelo partir de una teoría, los que están en los Front Office de la NFL suelen ser los mejores en sus trabajos, aunque siempre habrá propietarios como Jerry Jones que ejerzan las labores de jefes del Front Office, para eso es su juguete y uno con sus juguetes hace lo que le parezca. En el caso de los Green Bay Packers no hay un dueño que pueda dar directrices, sino que un órgano colegiado, que a su vez es nombrado por los accionistas de la franquicia, es quien nombra al General Manager, que se supone no es una marioneta de la propiedad como pasa en muchas franquicias. Como el General Manager no debe rendirle pleitesía a un tipo con caprichos, solo debe dar explicaciones al órgano colegiado, que a su vez le dará las oportunas explicaciones a sus accionistas.
Por todo eso las decisiones en un equipo tan peculiar como Green Bay deben hacerse con una lupa diferente al del resto de franquicias. En una franquicia como New England si Robert Kraft quiere y desea que Tom Bradysiga, Tom Brady seguiría, de hecho eso debió pensar el QBcuando se fue a casa de Robert Kraft para pedirle seguir en el equipo. En Dallas son más que conocidos los caprichos de Jerry Jones, aunque con la edad sus hijos han ido reemplazando a su padre, como el día que le quitaron de la cabeza elegir a Johnny Manziel y en su lugar apostar por Zack Martin. En Washington es más que sabido que Dan Snyder estaba encaprichado con Dwayne Haskins y sobran ejemplos en otras muchas franquicias.
El caso de Green Bay siempre ha sido más singular, sin un propietario que marque las directrices es el General Manager el cargo más importante de la franquicia y éste se supone que se mueve mas por criterios profesionales que por criterios subjetivos o de gusto personal. Para los más desmemoriados la salida de Vince Lombardi de Green Bay sumió al equipo en una profunda crisis deportiva. Durante prácticamente toda la década de los 70 y 80 los Green Bay Packers fueron el agujero más profundo de la NFL, sin llegar a las cotas de ignominia de otras franquicias cochambrosas como fueron Tampa Bay o Pittsburgh, los Packers cayeron en el olvido deportivo.
Nadie quería ir a jugar a una franquicia tan al norte, donde hace mucho frío y menos a una ciudad como Green Bay, la ciudad más pequeña en albergar una franquicia NFL y donde hay muy cosas que hacer. Green Bay carecía de cualquier tipo de atractivo para un jugador profesional a diferencia de las oportunidades de ocio que tenían las grandes urbes que albergan franquicias NFL. Cuando Jerry Granville, Head Coach de los Atlanta Falcons, decide traspasar a Brett Favre a Green Bay lo hizo como castigo, harto de la vena juerguista y vida díscola del QB. El propio Jerry Granville reconoció que mandarlo a Green Bay fue la mejor decisión que podía tomar para salvar la carrera y vida de Brett Favre.
Lo que Brett Favre hizo en Green Bay es historia de la NFL, junto con el Head Coach Mike Holmgrem sacó a la franquicia de las catacumbas y le devolvió la dignidad que perdió con la marcha de Vince Lombardi. Green Bay volvía a ser un equipo respetado, hasta el extremo que el primer gran agente libre de la historia, Reggie White, al que perseguían en 29 franquicias eligió a Green Bay enarcando las cejas de toda la liga que no entendieron aquella decisión. Una parte fundamental, sino la principal, fue la presencia de Brett Favre, que ya empezaba a dejar destellos del enorme jugador que iba a ser. Y ambos devolvieron la gloria a Green Bay al traer una Súper Bowl casi 30 años después y jugar una segunda donde salieron derrotados en el minuto final. Brett Favre estaba en la cumbre de su carrera, elegido MVP durante tres temporadas consecutivas era sin una sola discusión el mejor jugador de la liga, a lo que acompañaba un carisma por las nubes.
El ego de Brett Favre era tal que se creyó que estaba por encima de la franquicia, era más que conocidas sus reclamaciones para que le trajeran jugadores, en su día abogó para que le ficharon al mismísimo Randy Moss y acabó convirtiéndose en el icono del equipo, Brett Favre había conseguido lo impensable, poner en primera fila a una franquicia moribunda. Y pasó lo que tenía que pasar, el QB se acabó sintiendo amo, dueño y señor de la franquicia, lo que se unía a la práctica indestructibilidad del QB, que además jugueteaba todos los años con la retirada.
Entonces el entonces Front Office tomó una decisión que sacudió los cimientos de la franquicia, eligieron a Aaron Rodgers como futuro heredero del puesto de QB. No cabe duda que aquella decisión espoleó a Brett Favre, jugó muy bien con Aaron Rodgers calentando el banquillo, pero continuó creyéndose amo, dueño y señor de la franquicia. Un buen día dijo que se retiraba solo para desdecirse unos meses después y querer regresar. Aquello acabó como el rosario de la Aurora, Brett Favre traspasado a los New York Jets, cuando él quería ir a los Minnesota Vikings, en los que terminaría un año después, pero el daño ya estaba hecho y tuvieron que pasar años para que las heridas se cicatrizaran.
Está claro que los rectores de Green Bay aprendieron la lección, nunca nadie, ya seas Brett Favre entonces, o Aaron Rodgers actualmente, están por encima de la franquicia. Ni un solo jugador es amo, dueño y señor por muchos servicios que haya prestado al equipo. A Aaron Rodgers, una diva con un ego igual de grande que el de Brett Favre, se le estaba poniendo cara y cuerpo de Brett Favre. Al igual que aquel se creía amo, dueño y señor de la franquicia, se estaba poniendo por encima de la misma. Por eso el Front Office ha cortado por lo sano y le ha mandado un claro mensaje al egocéntrico QB, nadie, y tú igual que Brett Favre, está por encima de los Green Bay Packers.
Aaron Rodgers sabe que tiene fecha de caducidad, le quedan a lo sumo dos temporadas en Green Bay, dos años en los que además deberá rendir al máximo nivel y dejarse el ego fuera. Si quiere seguir jugando en otro equipo dentro de dos años deberá demostrar que aún sigue valiendo, no para Green Bay que ya ha tomado su decisión, sino para el resto de franquicias, sobre todo para aquellas que puedan estar a tan sólo un QB de tener serias opciones al Vince Lombardi Trophy.
El ejemplo de lo que han hecho los Green Bay Packers quizás debería ser copiado por otros equipos. En Pittsburgh hace tiempo que Ben Roethlisberger se cree que el equipo le debe todo a él y se niega a lo que es evidente, que está en las ultimas, aunque mucho de ello tiene que ver el propio equipo que parecen tener un miedo reverencial a prescindir de él. En otras franquicias ya han optado por adelantarse, en Carolina decidieron dejar fuera a Cam Newton, otro ego enorme que hacía tiempo se creía que estaba por encima de la franquicia y que ahora se encuentra sin equipo. En Los Angeles también decidieron cortar por lo sano, Phillip Rivers había dejado de ser parte de la solución para convertirse en un problema.
Y finalmente tenemos a New England y como ya es habitual Bill Bellichick tomando la delantera, creo que absolutamente nadie podía siquiera pensar que Tom Brady continuaría su carrera fuera de Boston. Pero ha pasado, nadie, ni tan siquiera Tom Brady se pueden poner por encima de la franquicia y créerse el amo, dueño y señor del equipo. Igual que Tom Brady ha sido quite diseño la llegada de Rob Gronkowski a Tampa Bay, el aterrizaje de Antonio Brown estoy absolutamente seguro que fue algo planeado desde el entorno de Tom Brady. Cuando saltaron los escándalos del polémico WR el que más le defendió fue el QB, por su parte tanto Bill Belichickcomo Robert Kraft hicieron lo único que podían hacer, cortar al WR pese a la oposición y enfado de su QB, algo que seguro ha pesado en la decisión de prescindir de él.
Aaron Rodgers tiene todos los boletos para ser el siguiente y en Green Bay han hecho lo que es lo más correcto no solo para el futuro de la franquicia, sino para el presente. El mensaje, o recado, para Aaron Rodgers es muy claro, los Green Bay Packers somos los Green Bay Packers y son los Green Bay Rodgers, tú no eres más que la franquicia.