EL GENERAL MANAGER DE SALON
A raíz de las numerosas renovaciones millonarias de varios RB de la NFL los “Armchair General Managers” se revuelven, no es posible que los que se suponen más saben vayan contra su ideario de la NFL
Hará exactamente cinco años, con motivo de la Week 1 de la temporada 2015 escribí de los artículos de los que más me gustaron para NFL Hispano, hablaba de lo “Armchair Head Coachs, una especie que desde hace tiempo en materia NFL hay sobre población. En España llevo mucho tiempo detectando que hay un entrenador escondido detrás de cada aficionado, pese a ser la NFL un deporte muy minoritario y con una presencia residual en los grandes medios de comunicación. Pero como dije entonces, hay gente que no habiendo cogido una raqueta en su vida te da toda una lección de como debería ejecutar el revés Rafael Nadal, aunque mi favorito es aquel que no pasa de nadar al estilo perro y que no ha pisado una piscina más allá de la de la urbanización, te da una lección de estilos de natación cuando Mireia Belmonte sale compitiendo en TV.
Ese Head Coach que todo aficionado lleva en su interior en muchos ha evolucionado y va un paso más allá. Ya no se conforman con ser Head Coach, ahora necesita ser General Manager o el encargado de gestionar el Salary Cap, cuando apenas sabe llevar las cuentas de su casa. Pero este ejemplar, el del “Capologist” lo dejamos para otro día, hoy toca hablar de General Manager al que han evolucionado muchos aficionados..
En el mundo existen solamente hay 32 General Managers de equipos NFL, algunos incluso compaginar esa labor con la de Head Coach, caso de Bill Belichick o ese desaventajado pupilo suyo que es Bill O’Brien, que ha conseguido en hacer lo impensable, es aún peor General Manager que Head Coach. Hay otros casos donde Head Coach y General Manager trabajan muy unidos, luego tenemos el extraño caso de Adam Gase, que tras cargarse al anterior Head Coach de los New York Jets ha nombrado al actual Head Coach. Dejamos para el final el inigualable caso de los Dallas Cowboys, donde el General Manager del equipo es el propietario del equipo, el sin igual Jerry Jones, que no solo es dueño del equipo con mejor valoración económica del mundo, sino que además es su director general y si te descuidas el jefe de animadoras.
Desde hace un tiempo he empezado a detectar un crecimiento exponencial de los “ArmchairGeneral Manager”, es decir el General Manager de salón, o por emplear un término del mundo del balompié, el Secretario Técnico de salón. Este singular ser, a pesar de que solo hay 32 en el mundo, marca tendencias, te dice como se debe gestionar deportivamente una franquicia. Un día lo mismo te explica cuál debe ser la estrategia de su equipo en el draft que al siguiente anima a su verdadero General Manager a hacer un intercambio por aquel jugador que suena a traspasable. En muchos caso no solo propone el intercambio (trade), sino que se atreve hasta con una valoración de lo que se debe pagar en elecciones de draft por aquel jugador.
Estos Armchair General Managers en su enorme sapiencia incluso se permiten la licencia de cuestionar lo que no solo hacen sus equipos de los amores, sino que dando un paso más cuestionar tendencias de la NFL. El último charco en el que se han metido es cuestionar a esas franquicias que se atreven a pagar mucho dinero a los RB. Porque a pesar de que Los Ángeles Rams abrieron el camino con un gran contrato a Todd Gurley, y le siguieron poco después los Dallas Cowboys con Zeke Elliott, eso son decisiones erróneas y económicamente muy perjudiciales para sus equipos, como si pagar una morterada totalmente injustificable a un QB tan mediocre como Jared Goff estuviera algo más que justificado.
Pero claro, la cosas no ha terminado con Todd Gurley y Zeke Elliott, sino que les han seguido David Johnson, Joe Mixon, Christian McCaffrey, Derrick Henry, Alvin Kamara y Dalvin Cook. Por no mencionar los millones que se dejó encima de la mesa Le’Veon Bell cuando se negó a firmar su Franchise Tag con los Pittsburgh Steelers. Y ojo, que en el recamara esperan con los colmillos afilados Saquon Barkley y Josh Jacobs, dos jugadores que van a romper los registros de todos los que hemos mencionado antes. Y te argumentarán que hay equipos que no gastan dinero en sus RB, sin entrar siquiera a valorar que si eso ocurre es porque quizás los RB que actualmente tienen en su roster siguen con sus ridículos contrato de novato, como les pasaba hace no tanto a los Carolina Panthers, Tennessee Titans o New Orleans Saints entre otros, sus RB aún jugaban con el contrato con el que entraron en la NFL. Y sí, como siempre New England será la excepción, pero es New England lleva 20 años siendo la excepción, o lo fueron mientras duró el matrimonio de Bill Belichick y Tom Brady. Quizás por eso nadie ha conseguido aún copiar su modelo, The Patriots Way.
En resumen, no hay uno, sino varios equipos que han tenido la osadía de pagar dinero a un RB. Pues mirad, si fuera un equipo el que se ha vuelto loco a lo mejor aceptaba que el pulpo es un animal de compañía, pero cuando son muchos equipos los que de repente han empezado a pagar a sus RB, a lo mejor, solo a lo mejor han errado como General Managers de salón. Y precisamente por eso no ocupan uno de los 32 sillones que actualmente existen en la NFL.
Yo no sé si hay muchos GM que están equivocados o que simplemente esto es un “donde va Vicente, donde va la gente”. De lo que estoy seguro es una cosa, ninguno de estos General Managers de salón es General Manager de la NFL y no sé porque intuyo que nunca lo serán.